LA CASA QUE HABITO CUANDO CANTO
Alberto Alarcón
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Qué hermosa es esta casa cuando vienes,
cuando se oye tu nombre cotidiano
y tu voz es la música de un piano
que columbra su aroma en las paredes.
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Qué tibio este rincón cuando apareces
y tu vientre está al borde de mi mano.
Y ya no tengo que llamarte en vano,
pues te tengo en verdad y tú me tienes.
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Qué alegre este balcón cuando retornas
y esta rústica puerta hecha de sombras,
donde crecen los musgos de mi espera.
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Y mi amor en la verja oyendo el viento,
como hacen ciertos pájaros que, oyendo,
saben si ha vuelto o no la primavera.